La colaboración con el Colegio de Abogados en Madrid marcó el inicio de una emocionante travesía para mí. La tarea consistía en transformar tres espacios de la zona común en un ambiente multifuncional destinado a actividades, tertulias, trabajo y momentos de ocio para los abogados senior. Dada la naturaleza de un edificio protegido, el proyecto se centró en la decoración, limitando la intervención a la pintura, suelo, restauración de mobiliario y adquisición de nuevas piezas, y por supuesto el textil.
El estilo que buscábamos era clásico, inspirado en los antiguos clubs ingleses, pero con la peculiaridad de incorporar abundante luz. La estética del espacio, con techos altos y ventanales grandes, facilitó el juego con la iluminación. Cree tres áreas distintas: una zona común diseñada para debates y actividades colectivas, un espacio de ocio pensado para charlas, disfrutar de un café e incluso realizar reuniones informales, y una zona de trabajo enfocada en el estudio y la lectura.
A pesar de las limitaciones estructurales, logramos infundir cada rincón con la atmósfera clásica deseada, brindando a los abogados senior un entorno que no solo refleja su prestigio, sino que también ofrece funcionalidad y versatilidad en cada rincón.