Esta casa destaca por su luminosidad, resultado de los amplios ventanales y espacios diáfanos que la caracterizan. Esta característica ha sido clave para la elección de una decoración vibrante y repleta de vegetación. Opté por utilizar una paleta de tonos neutros en paredes, suelos y mobiliario de gran tamaño, aportando contraste con textiles y accesorios decorativos. La combinación de colores como rosas, azules, verdes y mostazas añade un toque único a la vivienda, generando una atmósfera acogedora y distintiva.
En los baños y la cocina, decidí dar un toque especial jugando con el suelo. Reutilicé la baldosa hidráulica original de la vivienda y diseñé una nueva que emula su antigüedad. Esta decisión nos permitió conservar la elegancia y el estilo retro de la casa, manteniendo una coherencia estética en todos los espacios.